La existencia y amenaza del Hercólubus está más reconocida oficialmente en los gobiernos y cúpulas oficialistas de muchos países de lo que pudiera pensarse, aunque obviamente es una información ultrasecreta sobre la que pende la más férrea de las censuras. Aún así, en el Volumen 10, Número 4 (Junio-Julio 2003) de la revista australiana Nexus (www.nexusmagazine.com), se publicó el texto de una entrevista televisiva realizada a Valery Uvarov, cabeza del Departamento de Investigación OVNI, Ciencia y Tecnología de la Academia de Seguridad Nacional de Rusia, por Graham W. Birdsall, Editor de la Revista UFO del Reino Unido durante el 12do Congreso Internacional OVNI, celebrado del 2 al 8 de Febrero del 2003 en Laughlin, estado de Nevada, en Estados Unidos.
En la ocasión, Valery Uvarov explicó, entre otras materias, que la existencia del llamado Planeta X (Hercólubus) está ínitimamente relacionada con una Instalación material levantada hace mucho tiempo en Siberia, varios cientos de kilómetros al norte de Tunguska, donde tuvo lugar la famosa explosión de Tunguska en 1908, causada por un meteoro que fue destruido por un misil generado en dicha Instalación. Según la experta, los textos de Echutin Apposs Alanhor, de 4.000 años de antigüedad, ya describían la Instalación y lo que allí opera como un sistema de poder. Los rusos localizaron esta fuente deenergía durante el conflicto en Yugoslavia, cuando se apreció un aumento en la emisión de la misma, por lo que parece claro que la Instalación reacciona frente a los disturbios y conflictos sociales. Ella misma estaría manteniendo a Hercólubus en una órbita estable, y los astrónomos sostienen que no hay nada que temer.
Valery Uvarov textualmente dijo: “En la Academia estamos seguros de que ese planeta esta habitado, y de que la Instalación está diseñada para protegerlos a ellos y a nosotros. Nada peligroso ocurrirá. Todo esta bajo control. Nuestras investigaciones han demostrado que la Tierra tiene un pulso, una frecuencia finamente entonada que afecta a cada criatura viviente. Unos 12.500 años atrás, este pulso correspondía a 360 días del año según el viejo calendario egipcio, pero entonces un asteroide impactó la Tierra y su órbita fue alterada artificialmente para compensar esto, por lo que el planeta se movió alejándose del sol, a una frecuencia-pulso de 365. Esto nos ha llevado a creer que tenemos amigos que cuidan de nosotros silenciosamente. Ellos no permitieron en ese entonces, y no permitirán ahora, a ningún planeta, cometa o asteroide, impactar y destruir la Tierra. Esto está absolutamente claro”.
Los niveles de radiación han sido constantemente monitoreados por los últimos seis años, y llama la atención que en el último tiempo los animales hayan dejado los bosques de la región, ya que dos meses antes de la explosión de Tungunska sucedió lo mismo. “Fue como si la Instalación se fortaleciera para lidiar con el asteroide, y aumentaron los niveles de radiación. Lo mismo está pasando ahora” sostuvo Valery Uvarov.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario