2006/04/24

SEXO SAGRADO- Camino a la liberación...








SEXO SAGRADO
Por: Raúl Rubio Franco


Es muy lamentable el hecho de que solo le interesen a las personas casos superficiales de fantasmas solo por sentir una emoción hacia lo desconocido, morbo en ocasiones hasta cierto punto y no volcar su atención hacia nuestro interior hacia el propio ser humano, uno de los mayores enigmas, el ser humano tiene en su interior un mundo aun inexplorado que encierra maravillas y las respuestas del Universo. Ahora entremos de lleno al tema que nos atañe en esta ocasión tal como nos lo transmite el Maestro Samael Aun Weor.
Uno de los problemas más inquietantes de la época es el problema sexual; no hay duda de que la sexología, en sí misma, es fundamental para cualquier civilización.
Cuando uno estudia la energía creadora, la energía sexual, a la luz de un Sigmund Freud, por ejemplo, el autor del psicoanálisis, o de Jung, o de un Adler (discípulos de Freud), de los Tantras Sánscritos de Tibetanos o de la Escuela Amarilla China, etc., puede descubrir con asombro que mediante la energía creadora es posible la transformación del ser humano.
Si el hombre y la mujer aprenden a manejar esa prodigiosa energía, pueden cambiar el Nivel del Ser, convertirse en algo distinto, en algo diferente. No hay duda de que en la cópula química o metafísica, para hablar en un lenguaje que no escandalice, está el secretos de la transformación humana. Cuando hombre y mujer aprenden a transmutar sus energías creadoras, de hecho inicia un proceso de transformación íntima que de hecho lo coloca en un Nivel Superior del Ser.
Observemos el signo de la Santa Cruz: dos palos cruzados. Uno es vertical y representa el principio masculino y el otro es horizontal y representa al sexo femenino. En el cruce de ambos se halla la clave de la redención.
En una antigua Escuela de Misterios Griegos se menciona un acto secreto, fisiológico, místico que puede transformar al individuo, a la Humanidad. Esta es la clave en latín: “Insmicio virilis in vaginam feminae sine ejaculatio seminis”. En todo caso, en la inserción del phalo vertical en el cteis formal se encuentra la clave de todo poder.
El amor es una efusión o una emanación energética que brota desde lo más profundo de la conciencia; esas radiaciones del amor estimulan a las glándulas endocrinas de todo el organismo y ellas producen millonadas de hormonas que invaden los canales sanguíneos, llenándolos de extraordinaria vitalidad. En los tiempos antiguos siempre se rendía culto al amor, a la mujer; no hay duda de que la mujer es el pensamiento más bello del Creador hecho carne, sangre y vida.
Amar es algo inefable, divino; amar es un fenómeno cósmico extraordinario. Cuando una pareja está unida en la cópula sexual con lazos de verdadero amor, las fuerzas más divinas de la Naturaleza les rodean; el Ser Humano podría retener esas fuerzas maravillosas extraordinarias si no las malgastara en el holocausto del placer animal que a nada conduce y en ocasiones produce muy malas consecuencias, si en verdad respetara la fuerza maravillosa del amor.
El acto sexual es un Sacramento; así lo comprendieron los pueblos antiguos. Hubo templos dedicados al amor; recordemos al Templo de Venus en la Roma augusta de los Césares; recordemos los Templos de la antigua Caldea, los Templos Sagrados de la India entre muchos otros, donde se rendía culto a eso que se llama “amor”.
Dicen viejos pergaminos o papiros sagrados que todavía existen en algunos lugares de la Tierra, que en la Lemuria (continente destruido antes de la Atlántida donde habitó la tercera raza humana de los Lemúres), hombre y mujer, en el momento supremo de la cópula metafísica , señalan viejos textos de sabiduría antigua, se retiraban hombre y mujer de tal cópula química sin eyacular el ens séminis , es decir la entidad del semen, pues se consideraba que el sexo y el esperma, eran sagrados (lo mismo para la mujer); nadie se atrevía a profanar el sexo.
Esto es lo que hoy los médicos llaman coitus interruptus. Debemos acordarnos de Sigmund Freud, en su Psicoanálisis dice que “es posible transmutar la libido sexual y sublimarla”. Con la sublimación o transmutación de la líbido sexual se obtienen grandes y maravillosos poderes cósmicos.
Viejísimas tradiciones antiquísimas, dicen que los Lemúres tenían poder sobre los elementos de la Naturaleza, esto es lo que podríamos denominar el “Superhombre” de Federico Nietzsche en su obra “Así hablaba Zaratustra”. Esos poderes se debían especialmente, a que los Lemúres no eliminaban o extraían de sus organismos el esperma sagrado, es decir, el exiohehari; únicamente lo transmutaban o sublimaban, tal como lo enseña el científico norteamericano Brown Squard o Krum Heller médico coronel mexicano.
Obviamente, cuando el ens seminis (entidad del semen) no es eyaculado, se transforma en energía y viene a revitalizar el organismo humano y también espiritualmente. Este tipo de energía es muy fina y las ondas energéticas del sexo en actividad los poderes latentes en los chacras (centros de energía del cuerpo humano). Los Lemúres vivían hasta diez siglos, algo inconcebible para nuestra percepción de las cosas; la Biblia afirma que Matusalén vivió novecientos años de edad. Existen seres humanos que hasta el día de hoy viven en carne y hueso con muchos cientos de años encima como por ejemplo el Conde San Germán, entre otros.
El Universo nos ofrece siempre cosas insólitas, cosas que al principio uno rechaza, porque le parecen absurdas, pero más tarde las tiene que aceptar. Recuerda usted a Galileo Galilei? Brown Squard demostró que muchas enfermedades nerviosas y del cerebro, podrían desaparecer si se evitara durante la cópula química (acto sexual) precisamente eso que se llama en fisiología “orgasmo” o “espasmo”, es decir, la eyaculación del esperma sagrado, sino que se debe retener deteniéndose antes de la eyaculación, con esto no se priva uno de placer sexual y no hay desgaste físico ni enfermedades consecuentes. Naturalmente Brown Squard fue muy criticado, se le consideró inmoral, pero no hay duda de que se acercó al gran secreto lemúrico.
Cuentan muchas tradiciones que después de algún tiempo, los lemúres (3era raza humana anterior a los atlantes) comenzaron a copular (acto sexual) fuera de los templos, que se rebelaron contra los kumarats (Maestros), que tomaron el acto sexual por su cuenta y eyacularon el “ens seminis”. Como consecuencia perdieron sus facultades trascendentales, fue cuando el hombre salió del “paraíso terrenal” con su mujer por haber comido del “fruto prohibido” que le estuviera vedado en otros tiempos y solo con la mujer podremos regresar y regenerarnos. Nada más echemos un vistazo a la sociedad actual de esta 5ª raza humana aria, no diré mucho: lesbianas, homosexuales, masturbación, violaciones, fornicaciones, adulterios, divorcios, orgías, pedofilia, zoofilia, exhibicionismo, etc.…, todos como bestias en una lucha por derramar el esperma sagrado (este derrame también ocurre en las mujeres). Adán son todos los hombres de la época antigua; Eva son todas las mujeres de la época antigua. Cuando fueron echados de los Templos de Misterios, sus facultades se atrofiaron, y hubo entonces el hombre que trabajar duramente para sostener a su mujer y a sus hijos, y la mujer tuvo que traer al mundo a sus hijos con dolor.
Todo esto está documentado entre los Nahuas, entre los Mayas, muchos pueblos de Asia, etc., siempre se ha hablado de lo mismo. Y así el ser humano involucionó. El hombre y la mujer son como dos partes de un mismo ser. El hombre salió del Edén por las puertas del sexo y solamente por esa puerta puede retornar al Edén. El Edén es el mismo sexo. El sexo es nuestra cruz. O nos regeneramos o degeneramos. La Humanidad va de mal en peor. En algunos países es legal el matrimonio entre individuos del mismo sexo.
De la transmutación y sublimación de la energía creadora deviene una transformación psicológica-fisiológica-biológica radical. El Superhombre de Nietzsche podría lograrse mediante la transmutación de la energía sexual; lo principal es saber amar; sin amor, no es posible realizar estos prodigios. Junto a los grandes hombres aparecen siempre grandes mujeres. Junto al Buda Gautama Sakyamuni está Yosida, su bella esposa y discípula; junto al Divino Rabí de Galilea aparece María Magdalena; a lado del Maestro Samael Aun Weor está su esposa Litelantes.
La transmutación de la energía sexual tiene el poder de disolver y eliminar los defectos psicológicos del ser humano. Todo esto está bien documentado en culturas antiguas y textos sagrados que no hemos sabido ni hemos querido comprender. Como ejemplo la Biblia.
No hay duda de que los matrimonios llegarán a la verdadera felicidad con el Maithuna (sexo sagrado). Así se conserva la luna de miel durante toda la vida. Con este acto hay felicidad verdadera, la pareja siente cada vez más ganas de acariciarse y de realizar el acto sexual sin llegar jamás al cansancio , a la debilidad orgánica y al aburrimiento. Con este acto hay plena satisfacción sexual y suprema dicha. Se goza de espléndida salud.
En estos últimos tiempos la Humanidad se está dividiendo en dos bandos: los que aceptan derramar su semen (tantrismo negro, el demonio) y los que no seguirán eyaculando (tantrismo blanco, maithuna, arcano A.Z.F., espíritu santo). Próximamente abordaremos otros aspectos del sexo sagrado. Hasta aquí mis palabras.
Basado en enseñanzas Gnósticas de V.M. Samael Aun Weor.